jueves, 29 de junio de 2017

Frente al cultivo de coca para el narcotráfico… “Así cultivamos la hoja de coca tradicional orgánica”


Conversando con productores de Yungas de Vandiola (prov. Carrasco)

Alex Silva y Angel Ajay

Entrevistas y redacción: 
Maria Lohman y José Luis Saavedra
Cochabamba, Junio de 2017

UN CONTEXTO CONFLICTIVO Y UN DESAFIO… 

El presente artículo elaboramos en momentos en que dos sectores de productores de coca se enfrentan. 

Más de 20.000 productores de coca de Yungas de La Paz, organizados en ADEPCOCA -que agrupa a 35.078 productores- en gran cabildo (16 de junio) deciden “desconocer la nueva Ley General de la Coca y su Reglamento”, mientras la coordinadora de las 6 federaciones del Trópico de Cochabamba, que agrupa a 45.502 productores, saca un pronunciamiento (9 de junio) “…contra las movilizaciones de dirigentes de ADEPCOCA”, repudiando el “…supuesto rechazo a la Ley General de la Hoja de Coca y su socialización”, que días antes dio como resultado la fuga de la zona de Arapata de Yungas de La Paz del Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Cesar Cocarico. 

Esta situación por demás conflictiva que va más allá de intereses particulares de dos regiones, antes de llegar a mayores, requiere de un debate nacional. 

Lamentablemente no existe este espacio y parece que el tema se complica más cuando el Viceministro de Coca y Desarrollo Integral, Wilfredo Llojlla estos días da a conocer una Resolución Ministerial que “nivela la venta de hoja de coca para productores al detalle de ocho a diez taques”; determinación que en última instancia favorece a los productores de coca de ambas zonas. 

Mientras tanto los consumidores que legalmente somos los “destinatarios” de la coca de ambas zonas ya no distinguimos el “bosque” en medio de tantos arbustos y plantaciones de coca. 

o ¿A quién(es) finalmente benefician las nuevas leyes y resoluciones? 

o ¿Cuál es el problema de fondo en la actual política de Coca y Drogas? 

Cuán divididos andamos entre los bolivianos en nuestra mirada sobre esa hojita de coca, para algunos “maravillosa” y “sagrada”, cuyas “fronteras de cultivo se debe ampliar”, para otros “maldita”, ya que “sólo va al narcotráfico” y que “se debe reducir a coca-cero”. 

Lo que muy pocos sabemos es diferenciar la hoja de coca orgánica o ecológica de la coca fumigada, cuya práctica –de manera irracional - se va extendiendo día que pasa. 

El propósito del presente artículo es dar a conocer el proceso de producción de la coca ecológica en una zona tradicional de coca – Yungas de Vandiola (hoy ninguneada por el gobierno) - diferenciándola de esa coca fumigada que va ganando cada vez más terreno en zonas tradicionales y no tradicionales . 

La Plataforma COLI (Coca Orgánica Libre e Informada) entrevistó para este objetivo a Alex Rogelio Silva Guzmán y Angel Ajay Yampase, ambos productores de coca de Yungas de Vandiola; ambos convencidos de que es importante mantener la coca orgánica “…para cuidar el medio ambiente y la salud de todos los consumidores”, indican. 

Antes de empezar nuestra entrevista, nos ubicamos en el mapa, en la historia y en los datos y cifras de esa zona de coca ancestral. 

Yungas de Vandiola se encuentra a 120 kms. al este de Cochabamba; está entre el viejo y el nuevo camino de Cochabamba a Santa Cruz. Es un área semitropical o “yunga” (nombre indígena que significa “tierra caliente”) que forma parte del lado occidental del Parque Nacional Carrasco. Cuenta con un hábitat adecuado para el arbusto de hoja de coca, dulce y apta para el consumo tradicional del p´ijcheo y para el uso medicinal. Existen diferentes estudios que nos hablan de esta hojita milenaria, que desde épocas (pre)incaicas, durante la colonia y la república abastecía a pueblos originarios, al imperio incaico, haciendas españoles, minas, ciudades y campos. 

HISTORIA DE UNA COCA “…DE MEJOR CALIDAD” 

Conquistado por Tupac Yupanqui alrededor de 1470, fue su hijo Huayna Capac quien en una nueva incursión en 1500 organizó el territorio vandiolino. En los valles de Pocona y Totora, ambos en el lado oriental de la región de Vandiola, Capac asentó mitimaes – trabajadores forzados - para el cultivo de las chacaras (chacras) de coca del Inca. Estos grupos de trabajadores incaicos vivían al lado de “mitimaes antiguos”, trabajadores de etnias locales – como los Yamparáez de Chuquisaca - que habían cultivado coca en estos lugares desde antes de la entrada de los Incas. 

Durante la colonia, muchos españoles se asentaron en la región, atraídos por las ganancias del negocio de la coca. Bajo el sistema colonial de la encomienda, grandes cantidades de coca fueron despachadas a las minas de Potosí. Pero el inclemente régimen de trabajo y los ataques de las etnias selváticas - en particular los Yuracarés que vivían en las zonas limítrofes de las áreas conquistadas - masacrando los trabajadores y destruyendo las plantaciones de coca- precipitaban la despoblación del área. Recién a finales del siglo 18, precisamente alrededor de la hacienda Chuquioma, se inició una nueva época del auge de la coca. 
fuente: www. yungasdevandiola.org 

“A comienzos del siglo 20 comenzó otra vez el decaimiento, impulsado más que todo por la competencia de los Yungas de La Paz. La contracción de la actividad fue tal, que el Censo Agropecuario de 1937-38 constató que el departamento de La Paz estaba produciendo el 97% del total de coca del país. 

De la producción del departamento de Cochabamba, el 88% correspondía a Yungas de Totora, mientras el Chapare producía menos del 1%. A finales del siglo XX, la población de Chapare produciría más del 80% de la producción nacional, haciéndose “directa o indirectamente participe del negocio ilícito de la producción y comercio de la droga”¹ 


“La coca de Totora y Pocona de Vandiola, aunque insignificante por el volumen comercializado, ha emergido como la de mejor calidad, cultivada según técnicas tradicionales y sin el uso de productos químicos. La coca vandiolina, por ser cultivada completamente según las tradiciones de los antiguos, es, al contrario de la coca del Chapare y demás regiones de cultivos nuevos - aquellos para el tráfico - y también por encima de la coca de Yungas de la Paz, la más indicada para el hábito tradicional del acullico. Gracias a los antepasados y a la Pachamama”. ¹ 

¹Historia de la coca: Los Yungas de Pocona y Totora”, Fanor Meruvia Balderrama, Plural Editores, 2000, Cochabamba 

Hoy, una población reducida de unas 1000 familias vive en la región de Yungas de Vandiola (parte de los municipios de Pojo, Pocona y Totora) y se encuentra organizada en las Subcentrales de Carmenpampa, Arepucho, Icuna, Machuyunga, Pampas Amarillas y Vandiola. 

Al igual que Yungas de La Paz, esta zona de coca tradicional (orgánica) en 1988 fue declarada “legal” en la Ley 1008; es decir que su producción y comercialización se inscribía en las 12.000 hectáreas legalmente autorizadas a nivel nacional. No gozaban del mismo estatus las zonas del Chapare y otras regiones del país que eran zonas declaradas como “excedentarias” y luego “transitorias”. 

Aparte de la coca, los vandioleros cultivan lo necesario para su comida diaria, como la yuca, el choclo, plátanos; productos que reportan pocos ingresos. El único producto que les brinda un soporte económico suficiente para comprar lo básico para su sobrevivencia es la hoja de la coca, cargada a espaldas hasta la carretera. También la hacen transportar a lomo de mula, pero a un gran costo para el productor. 

Con Evo Morales de presidente hubo la ilusión de poder desarrollar el sector, industrializar la coca, garantizar mejores precios por la calidad orgánica de la hoja. Todo lo contrario ocurrió. Hubo represión y erradicación forzosa de arbustos milenarios. Y, hoy por hoy, la nueva Ley General de la Coca ha reducido a cero la extensión de coca permitida para la zona de Yungas de Vandiola, mientras la zona de Chapare Tropical -siendo “transitoria”- tiene legalizada 7.700 hectáreas de coca. A su vez una política divisionista del gobierno va buscando romper la unidad de las organizaciones de productores de coca a nivel nacional. 
Los productores de Vandiola hoy están en pie de lucha, defendiendo su “Coca Orgánica”. 

Desde el año 2013 y sobre todo con la Nueva Ley General de la Coca, son múltiples las reuniones, protestas y amenazas de bloqueo, exigiendo sus derechos: 
1. Reconocimiento de sus hectáreas de coca 

2. Un mercado especial para su coca orgánica 

3. Atención a sus demandas en proyectos sociales. 

Con estos datos, por cierto alarmantes, más que nunca se requiere revalorizar la producción ecológica de la hoja de coca, debatir el tema de la industrialización y por ende revisar críticamente, con amplia participación de productores y consumidores, las políticas actuales de lucha contra las drogas. 

Vamos ahora a nuestros entrevistados Alex y Angel quienes nos dejan su testimonio desde la zona de Yungas de Vandiola: 




COLI: ¿Cómo obtienen la semilla de coca y cómo aseguran una semilla ecológica?

“Nuestra semilla no compramos. Cosechamos semillas cuando necesitamos almacigar. No siempre renovamos las plantaciones permanentemente; solo plantamos para la reposición de algunas plantas que se mueren. Las veces que sea necesaria cosechamos semillas - poco no más- de plantas en producción, entre 5 a 10 años de edad. 

Las semillas sacamos de nuestras propias plantas cuando ya están maduras y para tener la seguridad que no estén contaminadas. Actualmente es prohibido vender o comprar las semillas; es ilícito y, más aún, es un delito manejar semillas de coca. 

A veces, entre nosotros -como favor (ayni)- nos prestamos semillas entre comunarios, siempre cuidando de que las plantas no hayan sido fumigadas. Así tenemos la certeza de que la semillla es completamente ecológica”. 

COLI: ¿Cómo es el tratamiento de la semilla? 

“Las semillas cosechadas primero envolvemos en un plástico. Es la costumbre; así las cascaritas se pudren. 

Recién se lava las semillas y se hace su secado en la sombra. Se puede guardar varios días. 

En el lavado se sabe cuál coca está madura. La semilla madura no flota, se queda abajo, asentada; en cambio, la semilla que no está madura sale hacia arriba y es seguro que no va a prender. Esas desechamos. 

Hay que tener cuidado con el secado de la semilla, no hay que secarla mucho, porque puede secarse el germen de la semilla, entonces muere, no va a brotar la planta. Sólo hay que secar un poco, además bajo sombra”. 

Luego almacigamos las semillas -al raleo- en la misma tierra que preparamos especialmente con tierra suave, blandita. Recién, en unos 30 a 40 días más o menos las plantitas brotan. 

Después hay que destapar el almácigo y su crecimiento es como a seis meses, para su posterior plantación. Las plantitas que tienen más o menos 20 centímetros ya están listas para plantar, aunque se puede plantar de diferente tamaño. Ahí están las plantitas, separadas por surcos, bien cuidaditas”. 

COLI: ¿Y cómo se hace la plantación de la coca orgánica? 

“Para la plantación hay que preparar el terreno. Primero se chaquea el terreno, luego se troza las maderas que se han chaqueado, al mismo tiempo se zanjea, es decir que se prepara la tierra, cavando hoyos para las plantas y todos los desechos de los troncos, como las yerbas, las malezas, se los entierra en la zanja y se lo tapa. 

Hay que esperar unos tres meses, después recién se puede plantar en esas zanjas. Esas plantas son las que duran al menos 50 años. 

No importa el mes, puede plantar todo el año, aunque los agricultores con más experiencia recomiendan que sea mejor a partir del mes de mayo. Si es en época de mucho calor, se quema”. 

“Algunas plantas grandes se siembra en una distancia de hasta un metro; y prenden no más. Tenemos que cuidar siempre la distancia, depende de la altura. De cualquier manera, muy estrecho no es conveniente, es mejor separado. Conviene plantar a un metro, más o menos eso sería. Cuanto más amplio es mejor, así se abre la planta y hay un espacio para que la misma planta pueda alimentarse. Cuando es estrecho, entre ellas se hacen sombra, entonces, cuanto más espacio haya es más conveniente para la planta. Recién a un año se tiene la primera cosecha, con la “hojeada”. 

“Este laborioso proceso es muy distinto al que se practica en el Chapare, o sea que en los Yungas no estamos operando de la misma manera que en el Chapare. 

Ahí no se hace zanjeo; no cavan, plantan directamente; agarran una estaca, agujerean la tierra unos 20 centímetros y ahí entra la plantita de la coca (a una distancia de 20 cms. en 20 cms.) Sólo aprietan un poco la tierra. 

Es decir se planta más estrecho que en Yungas, además forzando el crecimiento con abonos químicos. No es como el sistema milenario. 

Aparte es más corto el tiempo de producción. Desde su plantación van unos nueve meses para la primera cosecha que también se llama “hojeada”. 

Después de la hojeada en el Chapare, la primera cosecha sería a los 3 meses y se repite cuatro veces al año. Y cada 10 años aproximadamente se renueva, practicando el “pillo” (que es el corte de la planta de coca a unos 20 centímetros de la tierra), mientras en Los Yungas solo cosechamos después de dos años recién y solo 3 veces al año. Y nosotros renovamos las plantas recién a unos 20 años. 

COLI: ¿Qué es la hojeada? 

La hojeada es la primera cosecha, se trata de recoger una por una las hojas maduras. Las hojas que ya están maduras hay que sacarlas pellizcando, no es jalando, para que se desarrolle más la planta. Es un trabajo muy fino y hay que tener mucho cuidado. Si no se hace bien se puede sacar planta y todo, porque la planta aún no está bien enraizada. 

Las hojas tiernas se las deja, solamente se recoge las hojas que están maduras, porque las hojas maduras se van a caer finalmente, como cualquier otra planta, entonces hay que recogerlas. 

Pero, igual se sirve para el consumo. 

Es mucho trabajo, pero así hacemos para garantizar el buen crecimiento de la planta. 

Después de dos años la planta ya está robusta y podemos cosechar tranquilamente todas las hojas”. 

COLI: ¿Y cómo es el secado, prensado, planchado, empaque y transporte de la coca orgánica? 

“Cuando se termina la hojeada, hay que secar las hojas y recién después estarán listas para el consumo. Cuando se cosecha en el día, esa misma noche se tiene que hacer ´dormir´ la coca. Echamos la coca en carpas, tolderos, llamamos nosotros. Mejor si es de noche. Y hay que mover la coca toda la noche, para airear porque se puede quemar. Es que si no, el alcaloide de la coca calienta y cuando calienta cambia el color. Ya es de otro color, ya no es verde. 

En Los Yungas llamamos ´macerado´, y es para que la coca sea rica”. Y recién al día siguiente se seca. 

La ´dormida´ ayuda a que la coca sea dulce; es un secreto. Los consumidores de coca son los que aprueban eso, son los que sienten el sabor de la coca. Si no se p´ijchea no se sabe si es amargo o dulce. 

En cambio en el Chapare no hacen de esta manera; solo para una parte no más. Es decir la coca que deben presentar al mercado de Sacaba (solo un taque , es decir 50 libras). Esa coca debe estar bien verdecita o “bonita” como para que se venda al consumidor al detalle. Lo demás – la coca “más fácil” no tiene este tratamiento; después de cosechar la coca en la mañana, ese mismo día secan, así no más. Pero esa coca ya no sirve para el consumo tradicional; posiblemente es para el narcotráfico. Ahí no necesitan coca dulce. 

La secada tiene que ser al sol; no más de tres a cuatro horas, depende del sol. Cuando el sol está fuerte es rápido, “apura”, y si el sol está más o menos templado, tarda un poco. 

Después del secado al sol hay que ´ablandar´. 

Cuando la hoja de coca se seca y si se la aprieta se puede desmenuzar, entonces hay que ablandar, para ello tiene que estar envuelto en un toldero. 

El toldero es un plástico como la carpa, también puede ser yute, el otro es polietileno, eso es para ablandar. 

Se envuelve la coca como un rollo y de acuerdo al secado se la deja reposar más o menos tiempo; hasta varias horas. 

Luego se saca, se extiende y se plancha, es que al secar la coquita a veces resulta medio chuqueada; es decir que ya no es planita, entonces eso hay que planchar. No hoja por hoja, sino en su conjunto. Se reúne toda la coca y se coloca al prensador de coca, así se va planchando. 

Casi todos tienen en su casa una prensa, aunque es costosa. Es de madera. Si no se tiene prensa, entonces se tiene que aplicar peso, tiene que sentarse sobre un bulto de coca. Así, al “planchar” se vuelve más chiquitito, porque 50 libras es harto, alrededor de tres bolsas, pero de esas tres bolsas se tiene que volver una sola bolsa. 

Finalmente hay un cuidado muy especial en el empaque y transporte de la coca orgánica. 

Para embolsar colocamos la coca sobre la corteza del plátano –el cuzuro- que sale como suela del tronco, secada en la sombra también. Luego se tiende donde la prensa, entonces eso mismo sirve de bolsa. De ahí transportamos nuestras “cestas” (o “taques”) en lomo de mula a la carretera o vendemos en nuestro propio terreno a un comerciante. 

En el Chapare envuelven la coca como sea; no les importa, es que saben que esa coca no es para el consumo”. 

COLI: ¿Y cómo es la participación de la mujer? 

“En las zonas tradicionales no hay maquinaria, el trabajo siempre es a mano, mayormente está a cargo de las mujeres. 

Generalmente la mujer lava las semillas, mientras que el varón prepara con pala y picota el terreno para el almácigo. 

En la cosecha mayormente entran también las mujeres a trabajar, porque se considera simple arrancar; aunque en realidad no lo es”. 

Así, hombre y mujer, toda la familia nos ocupamos de cultivar la coca. 

Lo grave es que con tanto trabajo extra, nuestra coca ecológica debería valer más. Pero no hay incentivos; no hay mercados especiales. Igual no más es el precio. Eso no es justo”. 

COLI: ¿Y cómo aprendieron todas estas técnicas? 

“Todo nuestro conocimiento es de nuestros abuelos; cómo ellos han trabajado. Entonces, en base a eso nosotros nos hemos adaptado. No hubo ningún taller, ni un seminario, sino simplemente se trata de ir viendo cómo hacen los demás para mejorar; eso no más es”. 

Así la interesante entrevista con Alex y Angel. Agradecemos sus aportes; nos dieron muchas luces. 

o Concluimos que hay una urgente necesidad de concientizar sobre la importancia y la revaloración de la coca orgánica. 

o Constatamos también que faltan incentivos de parte del Estado para garantizar mercados y mejores precios para la coca orgánica, asegurando una verdadera industrialización de la coca orgánica y sus diferentes productos. 

o También deberían involucrase más las universidades en temas como: producción, comercialización, industrialización, medio ambiente y salud pública. 

o Finalmente, el gobierno debería dar cumplimiento a la normativa boliviana que respaldan propuestas a favor de la coca orgánica/ecológica: 

Estas propuestas encontramos en la misma normativa boliviana: 

Ø En la Constitución Política del Estado (2009), identificado como: CPE 

o (CPE, art. 384) “El Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social”. 

Ø En la Ley general de la coca, identificado como: 906 

o 906, Art. 12.a. Se declara de prioridad nacional la revalorización de la coca, el Estado Plurinacional de Bolivia, a través de las entidades competentes, generará e implementará políticas públicas para: El reconocimiento y la recuperación de la identidad y esencia histórica de la coca. 

o 906, art. 5i “Producción ancestral de la coca. Comprende actividades de almacigado, trasplante, cultivo, cosecha y post-cosecha, deshidratación, matachado (rehidratación) y embalaje en origen de la hoja de coca, bajo sistemas consuetudinarios y técnicas productivas transmitidas de generación en generación, como la cavada (preparación del terreno para favorecer la germinación), plantación (forma de incorporación de la planta a la tierra en cortes y wachos) y las qillas (tacanas o wachos de piedra que permite evitar la degradación de la tierra y mantener la humedad). Además con la utilización de herramientas como la picota, wallwa, paleta, machete, chonta, mit’iña, mantel y saquilla para la cosecha de coca en los Departamentos de La Paz y Cochabamba. 

Comentario: en esta parte observamos que la Ley General de la Coca reconoce la existencia de una producción ancestral en el departamento de Cochabamba. Ese reconocimiento (probablemente hecho ‘sin querer queriendo’) brinda un gancho para abrir paso a un tardío reconocimiento de las áreas de cultivación ancestral en Yungas de Vandiola. 

7 comentarios:

  1. Donde compro hoja de coca organica libre de pesticidas.

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  2. Buen aporte. Saludos desde argentina salta.. me gustaria saber la densidad d plantacion, elPG los distintos cultivares q se cultivan etc..

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  3. Hola quería donde puedo comprar la semilla de cocaína. Gracias

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  4. Buenas me gustaría comprar semillas de coca. Soy de Salta Argentina. Es factible?

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  5. Espectacular el documento, soy coquero de toda mi vida y me gustaría saber cual es el secreto de tener las hojas hidratadas. saludos desde Salta, Argentina.

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